SÓLO LAS LETRAS
Él la mira esperando a que termine de leerlo,
aunque disimula muy bien la ansiedad que le provoca saber que alguien está
leyendo lo que ha escrito y sobre todo que ese alguien que lo lee por primera
vez sea ella. Mira su gesto concentrado, cómo se le dibuja una leve sonrisa,
cómo se pone seria y frunce el ceño según avanza la lectura. Finalmente levanta
la vista del papel y le mira, le mira con una mirada llena de curiosidad y
puede que ¿asombro? Y durante unos segundos que a él le parecen siglos no dice
nada; sin embargo, no quiere ser el primero en romper el silencio, así que
aparta la mirada de ella y la dirige lejos, al mar, esa visión siempre le ha
tranquilizado.
-No me esperaba nada parecido a esto, ¿en
serio lo has escrito tú?
-¿Tan difícil de creer te parece?
-No, no es eso… es sólo que… no sé… Lo siento,
no es que estuviera dudando de ti.
-Ya, no parezco el tipo de persona que sepa
usar un bolígrafo, no?
-No te lo tomes así, no era eso lo que quería
decir, ni lo que pensaba tampoco. Es sólo que lo que conocía de ti hasta ahora
no me llevaba a verte como escritor. Me ha gustado mucho. -Durante unos minutos simplemente se miran, y
ella se da cuenta de que sólo quiere saber más - ¿Cuándo empezaste a
escribir?
-Pues no lo sé, hace mucho ya la verdad… supongo que era una manera de sacarlo todo,
pero sin realmente sacarlo todo fuera, como un punto intermedio, una especie de
limbo de sentimientos y reflexiones sin riesgo de exposición.
-¿Sin riesgo de exposición? ¿Estás de
broma? Pero si de esa manera cualquiera
puede saberlo todo simplemente con leerlo, lo estás dejando expuesto para todo
el mundo ¿cómo va a ser esa una forma de no exponerte?
-Vale, visto así parece raro; pero cuando
empecé a escribir no lo hacía pensando en enseñárselo a nadie, ni en que nadie
lo leyera y mucho menos que lo publicaran… era sólo una vía de desahogo, de
plasmar mi verdad… o por lo menos mi forma de verla. Era como ir a terapia pero
sin tener que pagarle a un loquero. Eran sólo las letras. Eres la primera
persona que lo lee.
-¿Yo? ¿por qué?
-¿Por qué no? Simplemente he creído que era el
momento de que alguien lo leyese y tú estabas aquí, no hay más.
-Ya… gracias?
De pronto se hace el silencio entre los dos.
Una pausa que les parece eterna y en la que ninguno de los dos sabe qué decir.
-Me gusta saber que soy la primera que lo ha
leído. Cuando te hagas famoso lo podré contar por ahí.
Él sonríe mientras la mira, le gusta eso de
ella, su ingenuidad; ¿cómo puede pensar que él se hará famoso con eso que él
escribe? Son sólo letras…
Sólo las letras
Ilustración: @e_misma // Texto: Alba Navarro
Ilustración: @e_misma // Texto: Alba Navarro